Nuestra posición contra el negocio del hambre y la campaña No Hunger

El Hambre en el Sur es el resultado del robo planificado por el Norte:

Durante más de 50 años, las Naciones Unidas usando sus Agencias, FAO, OMS, UNICEF, etc...han fomentado y encubierto históricamente el saqueo de las riquezas del Sur por parte de gobiernos, bancos y multinacionales del Norte.

Recientemente Nutriset, multinacional de origen francés, especializada en la producción y distribución de Alimentos Terapeúticos Listos para Usar, aprovecha que uno de sus fundadores trabaja en la OMS para maximizar sus negocios y beneficios.

La última "cortina de humo" de las Naciones Unidas, que es la publicación en el 2000 de los Objetivos del Milenio (ODM), proporciona el contexto adecuado para seguir con el saqueo en total BUENA CONCIENCIA.


UNICEF es la agencia de las Naciones Unidas que lidera la compra, distribución, y publicidad de los productos de Nutriset, como el PLUMPY NUT, con el pretexto de cumplir con los ODM. ONG's como Médicos sin Fronteras, Acción Contra el Hambre, etc..., avalan la introducción masiva de estos productos, cumpliendo con los planes e intereses de Naciones Unidas, y sirviendo a sus propios intereses en detrimento de la esperanza de los hambrientos.

El negocio del hambre, TVe, no se lo hicimos decir...

La campaña No Hunger de Acción Contra el Hambre (ACH), es oportunista y escandalosa:

- Perpetua la mentira de que el hambre es una enfermedad, cuando tiene sus causas económicas y políticas claras en el robo de las riquezas del Sur para mantener nuestra buena vida

- Acalla la voz de los que mueren de hambre, fomentando el protagonismo mediatico de una figura tan criticable como Al Gore.

- Sirve a los ladrones desmobilizando a la población para la lucha contra las causas reales del hambre y su negocio.

- Multiplica los beneficios de los negociantes del hambre, contribuyendo al desarrollo y al uso indiscriminado y masivo de productos como el Plumpy Nut que ponen gravemente en peligro las esperanzas de los hambrientos.

- Solo responde a la necesidad de fondos de ACH, cuando esta ONG estaba en crisis financiera en 2007 y cuando no tiene, ni ha tenido proyectos para sostener el uso de Alimentos Terapeuticos Listos para Usar (RUTF's) como el Plumpy Nut.

Son responsables del genocidio mundial por Hambre. El hambre es un negocio, y tú formas parte de él...¿Hasta Cuando?

Si te interesa lo que aquí planteamos y quieres participar en un Taller de Formación sobre el tema, a través del teatro de estatuas, ESCRÍBENOS a elnegociodelhambre@live.com

EL OTRO CIRCO

EL OTRO CIRCO

Expertos en ayuda humanitaria critican el enfoque del Plumpy Nut


Crisis y vulnerabilidad
Fuente:
boletín ayuda humanitaria en marcha nº2. Charlotte Dufour trabaja desde 1999 en cuestiones de nutrición y seguridad alimentaria en situaciones de crisis y post-crisis. Ha trabajado para Acción Contra el Hambre, Groupe URD, y más tarde para la FAO y los Ministerios de Agricultura y de Salud Pública en Afganistán. Actualmente es consultora independiente.


Lo que entendemos de la posición de Charlotte Dufour:

Limitar el tratamiento y la prevención de la malnutrición a la distribución de productos especializados puede dar la impresión de que la malnutrición es una enfermedad que se trata con medicamentos, mientras que la mayoría de las veces sus causas son de orden económico, social, incluso político. Concebir la malnutrición únicamente como una enfermedad tiene efectos nefastos a dos niveles:

- A un nivel político, ello puede excusar a los gobiernos de sus responsabilidades, que, en términos de derechos humanos, implican la de garantizar a la población el acceso a una alimentación y condiciones de vida sanas.
- A nivel familiar, ello puede propiciar la idea falsa de que las madres son dependientes de productos a los que ellas no tienen necesariamente acceso para alimentar debidamente a su hijo, y desanimarlas a tomar medidas que, sin embargo, sí están a su alcance.
En este artículo Charlotte Dufour apunta a que la intervención terapéutica es la última de las soluciones posibles al hambre y la que menos garantiza que madres, padres, niños y hermanos no vuelvan a corto plazo a sufrirla.(...)




Este artículo se propone ofrecer algunas claves y pistas de reflexión: Para todo profesional que se esfuerza en tratar y prevenir la malnutrición, resulta importante comprender las causas directas y subyacentes de la malnutrición, sin lo que la acción no podrá ser eficaz y, sin duda, no será duradera. (...) Comúnmente se considera un programa nutricional como un programa de distribución alimenticia (ya se trate de raciones familiares o de raciones suplementarias para niños sufriendo de malnutrición aguda moderada), de tratamiento de malnutrición grave (centro de nutrición terapéutica, programa de tratamiento a domicilio), o, por último, de distribución de productos suplementarios ricos en energía o micronutrientes (principalmente los nuevos productos nutricionales listos para su uso).

Aunque estas intervenciones sean claramente pertinentes en ciertos contextos y deban figurar en la lista de las herramientas a disposición del personal humanitario, numerosos nutricionistas tienen dificultades para aceptar una definición de los programas nutricionales que se limitarían a dicho tipo de intervenciones, y ello por distintas razones, explicadas a continuación.(...) Los programas de distribución de alimentos (cualquiera que sea la ración o el producto utilizados), no siempre son pertinentes para responder a los problemas de malnutrición. Existe una tendencia a confundir el valor de un producto nutricional con la intervención en la que el producto es utilizado. No se trata de discutir el entusiasmo suscitado por ciertos productos nutricionales listos para ser usados, de elaboración industrial, ya que son productos realmente eficaces y permiten diversificar las intervenciones de tratamiento (sobre todo a domicilio). Por el contrario, no hay que olvidar que los productos en sí mismos no constituyen el tratamiento.

Hay que lamentar el hecho de que un estudio reciente sobre la eficacia del Plumpy’Nut en Niger esté viciado desde su concepción misma: el grupo de control sobre el que se evaluaba el producto simplemente no recibía ningún tratamiento. Dicho estudio olvida el hecho de que otros proyectos, mucho antes de la intervención de estos productos terapéuticos, también conseguían tratar la malnutrición grave, a veces con alimentos locales. El tratamiento de la malnutrición grave no depende pues de un único producto sino de la intervención en su conjunto. Desgraciadamente, esta confusión induce a ciertas derivas, como distribuciones mal supervisadas de productos terapéuticos, que, en ausencia de seguimiento médico, de educación nutricional y de apoyo a las madres, etc. no pueden conducir sino a un despilfarro de recursos considerable, dado el precio nada desdeñable de estos productos. Los programas de distribución de alimentos constituyen acciones que pertenecen al ámbito del tratamiento, pero es importante combinar tratamiento y prevención para garantizar la eficacia y el carácter duradero de los programas. (...)


- Los programas de distribución de alimentos plantean la difícil cuestión de la perennidad y de la relación coste-eficacia. En la actualidad, ciertas organizaciones propugnan que los productos nutricionales listos para ser usados formen parte de los medicamentos esenciales de la OMS. Esto plantea problemas de salud pública en países en vías de desarrollo cuyo presupuesto sanitario es limitado, principalmente en lo concerniente al tratamiento de la malnutrición grave:


un niño de 10kg tratado con Plumpy’Nut necesita unas 90 bolsitas, con un coste total de $30, a los que hay que añadir el precio de la logística, el transporte y el personal (lo que hace un total de al menos $80 por niño según el contexto). Ahora bien, los índices de malnutrición grave oscilan entre el 0,2% y el 6% (en situaciones extremas) de los niños de menos de cinco años, lo que implicaría invertir una parte importante del presupuesto de sanidad en el tratamiento de una minoría de pacientes. Además, acciones de prevención, como la ayuda a la lactancia y a las prácticas de supresión de la lactancia, los suplementos de hierro y vitamina A, pueden beneficiar a la gran mayoría (si no a la totalidad) de los niños, y ello con un coste mucho menor. Además, estas últimas tienen la ventaja de ser reproducidas más fácilmente por las familias y las instituciones locales que la distribución de productos especializados de elevado coste (ya sean producidos localmente o en el extranjero).


Para leer el artículo completo pinchar aquí: Charlotte Dufour, Ayuda humanitaria en marcha nº2, pag 7

Bibliografia relacionada :
A Guide to Nutritional Assessment, d’Ivan Béghin, 1988,OMS.
Consultar el enfoque de “Nutrición Pública” (“Public Nutrition”), promovida, entre otros, por Tufts University.
Ver Vandana Prasad in Social Medicine, vol4, nb1, 2009 in India.
Ver www.nutriset.fr.
Ver: the Lancet Series on Maternal and Child Malnutrition: http://www.globalnutritionseries.org, para una análisis de las intervenciones nutricionales eficaces.


leer más...

No hay comentarios:

Publicar un comentario